Actualmente el uso de las tecnologías de la información y la comunicación constituye un objeto de preocupación, debate y reflexión. ¿Son beneficiosas para el desarrollo de los adolescentes o por el contrario son perjudiciales? Para poder responder a esta pregunta debemos conocer y comprender en profundidad el uso que realizan de estas tecnologías, cómo las utilizan y para qué, con qué frecuencia lo hacen y qué importancia tienen en su vida cotidiana.
Las TIC otorgan múltiples oportunidades y beneficios; por ejemplo favorecen las relaciones sociales, el aprendizaje cooperativo, desarrollo de nuevas habilidades, nuevas formas de construcción del conocimiento, y el desarrollo de las capacidades de creatividad, comunicación y razonamiento. En el ámbito familiar, al reconocer la ventaja tecnológica que tiene la adolescencia sobre los adultos, se abre un nuevo espacio de participación en la familia. Así las TIC lejos de convertirse en un elemento de aislamiento, bien utilizadas podrían ser un canal de comunicación entre los miembros del hogar.
Ante esta postura favorable del uso de las TIC por los adolescentes, debemos de exponer los posibles problemas que puede causar su uso inadecuado. Pueden producir aislamiento o agudizar fenómenos como la soledad, la depresión, adicción, aislamiento, contenidos perversos y violencia.
Uno de los principales motivos de preocupación, tanto para los educadores como para la familia, respecto a las relaciones que mantienen los adolescentes con las TIC es la posibilidad de que aparezcan comportamientos adictivos que pueden trastornar el desarrollo personal y social de los adolescentes. Las TIC han pasado a formar parte de las llamadas «adicciones sin drogas».
Un aspecto relacionado con la adicción es el aislamiento. Es común imaginarse al joven solo, encerrado en su habitación y rehuyendo de cualquier compromiso social para sentarse y conectarse por muchas horas en su ordenador. El aislamiento es un riesgo que obedece al grado de dependencia que tenga cada adolescente.
Sin embargo según el punto de vista con el que lo miremos podemos pensar que los jóvenes no utilizan las tecnologías para aislarse sino que las usan como una herramienta fundamental para relacionarse. En espacios de ocio como los cibercafés, no se aprecia a los adolescentes aislados por la tecnología se ven relacionándose con sus amigos y amigas, se enseñan trucos para pasar a la fase siguiente del videojuego, chatean, comentan las jugadas....o utilizan las TIC desde sus hogares y lo hacen preferentemente para comunicarse con sus amigos. Lógicamente este uso es individual y con un fin específico, pero esto está muy lejos de la imagen de aislamiento.
A través del uso de las TIC las relaciones sociales se amplían, pero también obtienen nuevas características, que no se dan en el plano real de la comunicación interpersonal (cara a cara). En efecto, los adolescentes son personas que se encuentran en un proceso de descubrimiento de la identidad y experimentación con la misma, les interesa averiguar quiénes son realmente o quién les gustaría ser. Por ejemplo a través de los juegos de rol, dado que permiten la construcción de la identidad como base de la interacción online pueden inventar roles que en la vida real no tienen gracias al anonimato que ofrecen las TIC. No obstante, puede conducir a tener vidas paralelas, una en online y otra en offline, al construir distintas identidades que tal vez en algunos casos puede tener efectos perjudicialesya que cabe la posibilidad de que un adolescente se encuentre mucho mejor con su identidad online porque puede abandonar su imagen personal y retraerse hacia el mundo virtual.
Otro síntoma severo de las TIC es la temática de la violencia que ha sido permanentemente asociada a los videojuegos, la teoría del aprendizaje social postula como hipótesis que jugar con videojuegos agresivos estimula la conducta agresiva. Por ejemplo, los niños los imitarán o de otra forma aprenderán lo que ven en la pantalla. En contraposición hay quien piensa que: «el jugar a videojuegos agresivos tiene un efecto de relax al canalizar la agresión latente y entonces puede tener un efecto positivo en la conducta».
En conclusión, debemos instruir a los adolescentes al uso adecuado de las TIC, para que sean utilizados de la mejor manera y no creen adicciones ni conductas negativas.